Siguiendo los mismos principios que para los pacientes adultos, la osteopatía tiene una visión holística de los recién nacidos y los niños.
William Garner Sutherland fue el precursor de la osteopatía craneal y consideraba que “nadie se curaba completamente de su nacimiento”.
Y efectivamente, durante el parto, el bebé está sometido a fuertes presiones al atravesar el estrecho inferior de la pelvis.
Los huesos del cráneo del recién nacido no están completamente soldados entre ellos para poder resistir la presión, gracias a su elasticidad y su maleabilidad. Gracias a esta capacidad el bebe se auto-regula y encuentra su equilibrio y harmonía en los días siguientes al nacimiento.
Pero puede ser que la compresión sea demasiado grande y afecte los huesos del cráneo, las costillas, la pelvis, las caderas… y que el bebé necesite una ayuda externa para liberar las presiones.
La osteopatía pediátrica tiene como objetivo liberar todas las molestias, tensiones o pérdidas de movilidad del recién nacido para que se pueda desarrollar correctamente gracias a un cuerpo sano y funcional.